A José, quien siempre
me sorprende con sus
visitas muy inesperadas.
Pasan las horas. Todas ellas están más que acartonadas. Me dan las 19h51 de un miércoles cualquiera. Estoy echada frente al ordenador pórtatil; el recuerdo del blog me atrae. ¿Será época de vacaciones o estaré hibernante?
Lo primero no puede ser. No se pueden tomar vacaciones, sabáticos ni descansos de algo tan intrínseco como el acto mismo de respirar. Es como inspirar sin exhalar. Aquello queda totalmente descartado.
Sobre lo segundo, sin embargo, puede que haya un "sí a lugar". Se puede "guardar pan para mayo" y componer las rimas y demás sonetos en la cabeza. Ver, y casi-casi tocar, los colores de las palabras atravesando raudas mis párpados interiores.
Me imagino que la lluvia me ha apaciguado. Camino todo los días bajo ella y presiento el rumor de un poema bajo mis manos. Cae la noche sin prisas; seduciéndome; tentándome. Escribo con lapicera azul, lápiz de carbón B2 y más que nada: con la imaginación.
Pido las disculpas del caso por la ausencia inadvertida, pero en eso también brota la espontaneidad.
1 comentario:
No se si seré ese José de la dedicatoria pero si es así, me vuelca el corazón, también si no lo soy. Estimadísima Kathe tu desorden organizado en la cabeza suena sublime y es como si yo lo estuviera diciendo, no por las palabras, cosa que no alcanzo, sino por ese costado "a lo que me importa" que transfieres. Mi afecto querida amiga.
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