Una mañana cualquiera mella en la dulzura de una voz (con los años más garrasposa) de cuna que no duda en alzar el grito de pabellón militar "a levantarse he dicho! Hoy no quiero excusas". Una madre a la moda sin hesitar. Ella va al gym y tiene clases de pilates y yoga. Siempre está en onda zen, no deja de oir rock, de zambullirse en la piscina y de ir de shopping cada martes por la tarde.
Ella se ha enterado que a los 43 es muy peligroso tener otro crío. ¡Qué dirían las amigas! ¡Tantos planes echados a la borda! No más viajes ni salidas danzadoras. Eso está por descontado.
Señora que se muerde las uñas por primera vez, como resultado de una "relación" muy caliente. El padre tiene 25 años y es "el muchacho de la piscina". Habría que anotarle eso también: una doña que no se pierde los clichés. El esposo de cinco décadas no imagina la sorpresa y ella -que no está dispuesta a perdonar un cambio en su rutina, por demás placentera- concerta una cita con un doctor jamás antes nombrado.
Son las seis de la tarde en la ciudad capital y corre un poco de brisa de primavera. La madre moderna usa aún el disfraz de femme fatale y con pashmina envuelta en su faz se recuesta temprano... algo le ha caido mal.
Pobre señora... ella ha adivinado que su rutina nunca será igual.
2 comentarios:
me gusta esta historia, y que no hayas tomado partido "moralejista"
gracias por tu apoyo,
que las escribas sean unidas!
que este mundo no sólo precisa una revolución artística, sino que además, esta vez la hagan las mujeres... somos pocas, pero ya sabés lo que dicen de las mujeres en el amor y la guerra...
te dejo un abrazo y una flor :)
mmm... veo que Gala es una galante! lol
Las letras seguirán caminando porque hay afán, sudor y un noséqué que sigue alojado en el punto más céntrico de mi panza (nada poética).
Recibo la flor y te mandi energía blanca!
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