cuidado

Cuidado con aquellas enegías inagotables desperdiciadas en la mirada atenta, en realidad desatenta, de la profesora de matemáticas. Tu peor materia.
Cuidado con aquellas horas dedicadas a tender la cama, tan prolija como una mesada; habiendo lanzado la moneda de la escuela militar y buscado, en tu casa vacía, a un integrante para que elogie la hazaña.
Cuidado con las veces en que te mordiste los labios sólo para que aquel muchacho pusiera sus ojos claros sobre ti. Las marcas desaparecen pero no las mañas... la gente asume que siempre te muerdes los labios, que es un tick.
Cuidado con las mañanas que dejas pasar frente a los cristales que reflejan a tu peor yo, pues a veces olvidas eventos -antes- relevantes como el cumpleaños de tu mejor amiga.
Cuidado con el veneno contenido en un frasco de 50 ml.... que él no sabrá reconocer tu aroma natural de amazona salvaje.
Cuidado con las depresiones de fin de año que te distraen de tu estación preferida. Aunque no nieve ni hayan ángeles blancos en el suelo, ni trineo ni cascabeles... siempre estarán los sujetos que aclaman tu sonrisa.

Pago por ver.