29 de enero de 2011

remitente:yo

Hola,

Hace mucho que no charlamos. Resulta curiosa, mi decisión de decirte cosas tan evidentes, como el hecho de extrañarte y lo rápido que transcurre la vida.

Estas tierras lejanas me han entregado muchas sonrisas; le he puesto caras y comienzo a anidar en las primeras. Tengo sentimientos, emociones y sabores en el paladar muy distintos, cuya variedad engancha con cierto magnetismo.

El sentido de la libertad es a un chico de ciudad internándose en un bosque por primera vez, angustiante. El aire impregnándose en sus pulmones a la velocidad de la luz, devorando sus pensamientos a cada bocanada, conviertiéndole en una masa de dolor y ansiedad... hasta que aprende a respirar.

He puesto un vasto territorio de por medio, compuesto de agua y sal, y de suelos multicolores, ¿para qué?
Las preocupaciones de antaño (en pasado continuo) han tomado la forma de la sombra de Peter Pan, al acecho de mis ojos, de mi voluntad.

Noventa días han salido del calendatio, en el sinuoso andar de un tren, con sus depresiones y cimas, emulando a una montaña rusa, con un sólo pasajero, en la primera fila.

No tengo un sentido de pertenencia. Sí, no pertenezco, pero no existe otro lugar en el que quisiera estar. Me apetece jugar con la idea de no encontrar un hogar. Quiero internarme en la aventura y dejar de respirar para luego, solo hacerlo mejor, como el chico de ciudad.

Estoy tomando lecciones avanzadas en el arte de sonreír sin utilizar los labios, y a callar. Me parece que es el momento perfecto para destacar mis dotes Quijotescas, ¿no lo crees?

Celebro las decisiones que me han llevado a perder el control de mi brújula. Nunca fui buena con la cartografía, de todas maneras. Oh, y mi sentido de orientación es cada vez peor. Te reirías al verme yendo al sur en busca del oeste... Me sienta bien extraviarme, con la lluvia de música de fondo.

Lamento que no estés conmigo, viéndome crecer... cayendo y andando... Maktub. No quería decepcionarte. La especie, sin embargo, es tan perfectamente imperfecta. Yo no soy mejor ni peor, soy unicamente yo, la de siempre... en un paquete distinto.

Escribo en mi cuaderno de viaje, aún con muchas páginas en blanco. Pienso en tu silencio, como una pausa dolorosa a la espera de uno eterno. Lo entiendo, o eso creo, aunque aún no haya sido capaz de respetarlo. No soy tan fuerte, cada vez menos. Déjame invitarte a charlar conmigo, con una taza de café y el humo de un buen tabaco... aprieta el botón de "play".

Un abrazo, desde este bosque lejano.

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